lunes, 26 de diciembre de 2011


(Pieter Brueghel de Oude, Los siete pecados capitales. La gula)

El mundo está hecho de paradojas que están ahí para que las descubra el que tenga intención de descubrirlas. Por mi parte, la pasada Nochebuena tuve otra revelación. Resulta que el día en que católicos practicantes y católicos de boquilla celebran el nacimiento de su Salvador, todos cometen un pecado capital: la gula. Pero claro, el jamón, el queso, la caña de lomo, las gambas y demás exquisiteces están demasiado buenas. El estómago no sabe de pecados del alma. Amén.

4 comentarios:

  1. Comer cosas buenas y/o darse un banquete no es gula. Jesucristo iba a bodas, convertía el agua en vino (bueno) y en la última cena no les faltaba de nada... la gula es otra cosa. Es comer sin hambre, solamente por placer y siendo consciente de lo que se está haciendo.

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  2. Vamos, comer sin hambre, solamente por placer y siendo consciente de lo que se está haciendo es lo que muchísima gente hace en Nochebuena y fin de año cuando estás lleno y todavía queda comida en la mesa.

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  3. Po allá cada uno con su conciencia en verdá.

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  4. Una vez leí una entrevista al Gran Wyoming en la que decía que si pecar era ir contra tus principios morales, entonces él había pecado muy poco.

    Ahora si hablamos de lo que piensen otros, yo puedo haberme ganado tres o cuatro infiernos, de momento.

    Juan, no tengo tu correo ni tu teléfono, y no veo otra forma de ponerme en contacto contigo, en mi blog tienes una dirección de contacto.
    A vé si nos vemos, que se nos ha ido Buti y se nos corta la mayonesa.

    Luca.

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